Los colores son una de las claves para transformar un espacio. Hay que saber cómo usarlos y combinarlos en su justa medida. Una vez elegido el color protagonista, lo principal es buscar cómo añadir originalidad y carácter a cualquier ambiente, eligiendo un tono secundario y alguno de acento.
Seguramente, habrás oído hablar de la regla 60-30-10: una guía básica para no equivocarse con la cantidad a usar de cada color a la hora de decorar, siendo el tono base el que ocupará el 60 % de la superficie de una habitación, mientras para el secundario se reserva el 30 % y para el de acento, el 10%.
Huelga decir que las posibilidades de añadir un punto de acento en la decoración son distintas y no todas pasan por usar color, pero, seguramente, el color sí es la mejor manera de agregar una nota divertida y contemporánea. Le hemos preguntado a una interiorista con años de experiencia por las razones para usar un color de acento en la decoración y cuáles sus mejores ideas para hacerlo.

El color verde cambia radicalmente el aspecto de esta cocina en la que el blanco es el color predominante
Foto: ©Joao Friederichs
Cómo elegir el mejor color de acento para decorar la casa
Al elegir un color de acento, la idea que se debe tener siempre clara es que se usa “para dar contraste y llamar la atención sobre una área específica de la casa”, apunta la interiorista Cláudia de Sousa, para la que el color es fundamental en sus proyectos. En consecuencia, lo conveniente será utilizar tonos más intensos del color principal o base, o decantarse por opuestos complementarios; es decir, siempre dentro de la misma gama. “Por ejemplo: si estoy diseñando un piso en el que predominan los tonos nude, me gusta utilizar acentos en tonos chocolate o azul marino”, apunta.

Salón con el blanco como color predominante y con un sofá en tono naranja
Foto: Foto: Germán Saiz Interiorismo: TheDreamLab
Pero…, ¿qué pasa si uno no está seguro de cómo encontrar un color complementario? En ese caso, lo más práctico y fácil es fijarse en un círculo cromático, donde se pueden encontrar colores opuestos. Un ejemplo: una nota de albaricoque o bronce (gama naranja) en ambientes donde predomine un tono neutro, como el blanco; o frío, como gris o azul, aportará una nota cálida y, en consecuencia, hará que parezca más acogedor.

En el techo de la zona de office de esta cocina se ha elegido el amarillo como color de acento.
Foto: JAVIER BRAVO INTERIORISMO: BEATRIZ MORAL ESTUDIO
El color de acento es clave para “equilibrar y aportar armonía” en cualquier proyecto
Como hemos comentado, los tonos de acento se usan en decoración para dar contraste y poner el foco en un sitio concreto de un espacio de la casa. De hecho, al diseñar un ambiente es clave crear puntos de interés donde dirigir la mirada. Los colores de acento ayudan a conseguir ese efecto, pero no solo es importante la cantidad de color, sino también dónde se use. “Aplicado sobre determinados elementos, un color de acento conseguirá equilibrar el espacio y aportar sensación de armonía al mismo tiempo”, apunta la experta.

Estantería con el fondo pintado en azul Klein
Foto: Craie Craie
Ideas para usar colores de acento en la decoración
¿Y cuáles son esos elementos que pueden aportar esa nota de acento imprescindible en la decoración a través del color? Entre las mejores ideas para usar un color de acento en la decoración de la casa destaca la de resaltar la carpintería de las ventanas, el marco de una puerta o las molduras con la idea de reforzar el carácter arquitectónico del espacio. La barandilla de la escalera o el techo del pasillo son otras dos opciones interesantes donde incorporar una nota de acento usando el color. ¿Más ideas? En las sillas del comedor, estanterías, o como recurso para resaltar la pared de una zona de estudio de un cuarto infantil, un color de acento puede transformar por completo la sensación que produce una habitación. De hecho, tal y como apunta de Sousa, “los colores de acento son la clave para terminar de redondear cualquier proyecto”.