Si hay algo que define el trabajo de Lidia Molina es su capacidad para convertir espacios neutros en hogares con alma. La arquitecta y diseñadora de interiores es una de las principales exponentes del minimalismo clásico en España, un estilo que apuesta por la atemporalidad, el orden y la funcionalidad sin renunciar a la belleza. En cada proyecto, Lidia Molina busca que la arquitectura y el interiorismo dialoguen con la vida de quienes los habitan, creando espacios equilibrados y llenos de propósito.
Su última intervención en un ático de Rocafort, Valencia, es una muestra de ello. Partiendo de una vivienda de obra nueva con un diseño impersonal, la arquitecta ha conseguido dotarla de calidez y elegancia, sin perder de vista la funcionalidad. "Es una pena que, si cada uno de nosotros vivimos en casas diferentes, en un edificio todas las viviendas resulten tan impersonales", reflexiona la arquitecta sobre el punto de partida del proyecto.
Espacios que fluyen: la distribución como clave

Foto: María Mira Interiorismo y arquitectura: Lidia Molina
Uno de los principales cambios en la reforma ha sido la optimización de la distribución. Se eliminaron puertas innecesarias, favoreciendo la continuidad visual y potenciando la luz natural. Ahora, el salón-comedor y la cocina se comunican de forma orgánica, creando una sensación de amplitud y fluidez. "Una de las cosas que más me gustó de este proyecto es poder responder a las necesidades del cliente y diseñar un hogar a su medida", añade la arquitecta.
En el salón, un sofá minimalista de Temasdos delimita la zona de estar, mientras que una mesa circular de Bontempi aporta fluidez al comedor. La luz natural se convierte en protagonista, enmarcando cada pieza de mobiliario y resaltando la nobleza de los materiales.

Foto: María Mira Interiorismo y arquitectura: Lidia Molina
La madera como hilo conductor
Si hay un material que articula el proyecto, es la madera. Presente en suelos, mobiliario y detalles estructurales, su elección responde a la búsqueda de un diseño atemporal y acogedor.
En la cocina, por ejemplo, los frentes de madera combinan con soluciones de almacenamiento de alta calidad, logrando un equilibrio entre belleza y funcionalidad.

Foto: María Mira Interiorismo y arquitectura: Lidia Molina
En el baño, el diseño sigue la misma filosofía. Un mueble de madera realizado a medida convive con azulejos de gran formato de Porcelanosa, generando una sensación de lujo silencioso. La amplitud de la ducha y la iluminación estratégica refuerzan esta idea de bienestar y atemporalidad.

Foto: María Mira Interiorismo y arquitectura: Lidia Molina
Un diseño pensado para vivir
Lidia Molina lo tiene claro: el diseño no debe imponerse sobre la vida, sino acompañarla. Por ello, cada elección en esta vivienda responde a un criterio funcional y estético. Desde la paleta de colores neutros hasta la selección de luminarias de Estiluz, Marset o Foscarini, cada elemento está pensado para crear una atmósfera equilibrada y envolvente.

Foto: María Mira Interiorismo y arquitectura: Lidia Molina
"Qué bonito es poder conocer a fondo al cliente para hacerle un hogar a su medida que cumpla con todas sus necesidades", concluye la arquitecta. Cada espacio de esta vivienda ha sido diseñado con un único deseo: ofrecer un hogar elegante, funcional y atemporal, donde la luz, los materiales y la armonía visual se conjugan para dar forma a un espacio equilibrado.
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