Lo primero que nos llama la atención al entrar en este piso es, con permiso de los grandes ventanales arqueados, es el suelo de parqué. ¿Qué tiene de especial? Primero de todo la combinación de los distintos tonos de madera, seguido de una geometría hipnotizadora que le otorga una personalidad única.
Anna Lazar es la interiorista al mando de la reforma de este piso en Minsk, rodeado de calles adoquinadas y vistas panorámicas al rio y al jardín del parque Central. Una joya en el centro histórico de la ciudad donde modernidad, elegancia y tradición se fusionan.
“Después de la primera reunión con los propietarios, quedó claro que estábamos en el mismo barco”, explica la interiorista. Buscaban comodidad, confort y “espacio vital”. Querían una casa que nos recordara a distintas épocas, estilos y emociones. Eso sí, siempre primando el minimalismo y la ligereza.
Neutros, los colores predominantes
La paleta cromática del piso es principalmente neutra y en tonos cálidos. “Tuvimos que adaptar el color a la luz natural verdosa que entra por las ventanas consecuencia de las copas de los árboles del parque”, confiesa la interiorista. Así mismo, escogieron un crema con un punto rojizo para neutralizar ese reflejo verde.
En el dormitorio infantil, en cambio, predomina el color verde, tanto en los muebles como en la decoración inspirada en el bosque y los animales. Lo mismo pasa con los muebles de la cocina que dialogan con algunos detalles decorativos del salón en verde agua.

Foto: Sergey Ananiev
Mix de estilos y culturas
Este apartamento nos hace viajar en el tiempo y entre continentes. De los estadunidenses cogieron prestado la simplicidad, de los británicos los toques clásicos y de estilo victoriano, de los franceses la decoración elegante y de los italianos las piezas de marcas icónicas del diseño del siglo XX.